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La moda y las películas de Tom Cruise no son las únicas cosas que han regresado del pasado para hacerse presentes. En 2022 hemos visto los precios de los alimentos subir a una tasa comparable a la década de los ochenta. Este fenómeno inflacionario no solo está ocurriendo en México, sino en todo el mundo.
La OCDE reporta que, en sus países miembros, los alimentos se han encarecido 13.3%, en promedio, con respecto a junio del año pasado. Este incremento representa el mayor en 34 años. Mientras que la mayoría de la atención se ha enfocado en el aumento en el precio de los combustibles y energéticos y su consecuente efecto sobre todos los otros bienes y servicios, el costo de los alimentos también ha crecido por sus propios factores.
La principal razón del encarecimiento de los alimentos ha sido el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que ha causado que ambos países, en especial Ucrania, vean sus capacidades de exportación y producción disminuidas considerablemente. Además, ambos países se encuentran entre los mayores exportadores de trigo en el mundo; representan 30% de todo el trigo exportado. Debido a esto, actualmente hay una escasez de este producto a nivel global y se ha encarecido considerablemente en lo que va del año.
Esto es solo una parte de la historia. También se han encarecido en gran medida los fertilizantes, ya que Rusia era el mayor exportador del mundo hasta antes de la guerra. Y China, otro importante productor de fertilizantes, cortó gran parte de sus exportaciones el año pasado, nuevamente en un aparente intento de mantener bajos los precios internos.“
La creciente amenaza de la inseguridad alimentaria: estoy profundamente preocupada por este riesgo para los países emergentes y en desarrollo, en particular, para aquellos que aún se están recuperando de la pandemia. Existe un riesgo muy real de que el aumento de los precios del mercado mundial de alimentos y fertilizantes resulte en que más personas pasen hambre, en que se exacerbe aún más la inflación y se dañen las posiciones fiscales y externas del Gobierno”, dijo Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE. UU.
Otra razón para el encarecimiento de los alimentos sigue siendo la disrupción severa que la pandemia ocasionó sobre la cadena de suministro global. Mientras que en el mundo occidental ya ha recuperado el flujo que tenía antes, el virus sigue afectando a China en gran medida. Se continúan imponiendo restricciones sanitarias en regiones importantes del país, y esto ocasiona que el mayor exportador de bienes en el mundo siga sin poder recuperar el ritmo que tenía previo a la pandemia. A todo esto se le añade el creciente costo de la energía y da una receta para que los precios estén en niveles no vistos desde hace más de 35 años.
Sin embargo, hay optimismo a la vuelta de la esquina. Recientemente se realizaron esfuerzos para que otros países incrementaran su producción de trigo, maíz y soya, por lo que se predice que los precios empezarán a bajar. Si se toman en cuenta los recientes incrementos de tasas de interés en distintos países del mundo, entonces se espera ver una desaceleración de precios pronto.
Quedará por ver si los precios regresarán a sus niveles prepandemia o si estaremos atorados con los nuevos precios que la nueva normalidad nos ha traído.
Ni todo lo que brilla es oro ni el poder de un país radica sólo en su PIB.
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