Autos eléctricos: una carrera hacia el futuro

21 junio 2022

Equipo VIF

No se puede entender el siglo XX sin la invención y masificación del automóvil. Los carros no solo se volvieron elementos culturales irremplazables —incluso los superhéroes empezaron a tener vehículos—, sino que empezaron a dictar la forma de nuestra vida cotidiana. Con la reducción de los tiempos de traslado, ciudades más dispersas comenzaron a volverse opciones viables, y la comercialización diaria de productos entre localidades, un hecho cada vez menos milagroso y más mundano.

Sin embargo, ese es solo un lado de la moneda. Más de un siglo después de la invención del primer automóvil, el panorama global es completamente distinto. Enfrentamos una crisis climática que le exige a la tecnología no solo ser eficiente, sino responsable con sus procesos de producción y emisiones. La industria automotriz no está exenta de esta tarea.

De acuerdo con la Auto Environmental Guide 2021, elaborada por Greenpeace, la industria automotriz es responsable de 9% de las emisiones de efecto invernadero en el mundo. Por si fuera poco, el sector del transporte en general produce 24% de las emisiones de CO₂ ligadas a quema directa, y casi la mitad de ese porcentaje, 45%, lo producen los vehículos que usamos en el día a día.

Frente a esta realidad hay que admitir que los fabricantes han tratado de hacer su parte. Una fuerte inversión en innovación y desarrollo ha permitido que los autos híbridos y eléctricos sean una opción real y cada vez más asequible para las personas.

Por ejemplo, entre 2019 y 2021, las ventas de autos eléctricos e híbridos crecieron en 109%. En China, 15% de los vehículos en circulación son eléctricos, lo que equivale a 3.2 millones de unidades, aproximadamente. En Europa, la penetración de este tipo de vehículos es de 19%, y en EE. UU. solo de 4%, aunque el presidente Biden ha hecho la proyección de que para 2030 la mitad de los autos vendidos en aquel país serán eléctricos.

Ahora bien, ¿puede este incremento en la penetración de los autos eléctricos en los mercados mundiales marcar la desaparición del mítico motor de combustión interna?

La mayor parte de las empresas fabricantes tienen el objetivo de depurar de sus líneas de producción los autos de combustión interna para 2035. Además, las tasas de producción y consumo de vehículos eléctricos hacen razonable este escenario. Sin embargo, es preciso ser cautelosos al momento de las predicciones.

Una gran traba para la producción de autos eléctricos es la escasez de materias primas. Las baterías necesitan de materiales como silicio, cobalto y litio, entre otros. Según la Agencia Internacional de la Energía, para cumplir con la demanda de autos eléctricos para 2030 se necesitarán 50 minas nuevas de estos minerales, y crear cada una de ellas tarda entre cinco y 10 años.

En ese mismo sentido van las críticas que hacen organizaciones ambientalistas a los autos eléctricos como una respuesta a la crisis ambiental. Señalan que no basta con que el producto final sea cero emisiones, sino que la cadena de producción —estrechamente relacionada con la minería— debe volverse más sustentable.

La industria automotriz fue punta de lanza en innovación durante el siglo pasado, y ese ímpetu fue clave para transformar nuestro mundo. Hoy los retos son claros y están atravesados por una preocupación ambiental ineludible. ¿Seguirá en el ADN de este sector el arrojo necesario para proveer de respuestas a la altura de los retos del presente? Y más aún: ¿será capaz de transmitir ese espíritu innovador al resto de su cadena de producción?